La enseñanza de la Religión católica en los colegios –en el
caso español- siempre es un tema espinoso de abordar puesto que se mezclan
ideas, opiniones, sentimientos y creencias abstractas como la fe y el credo que
han acompañado a gran parte de la cultura occidental desde hace siglos. Por no
hablar de la intervención “divina” de la Santa Madre Iglesia en el engranaje de
los contenidos a impartir en la materia.
Que la religión es importante para la historia de la
Humanidad, es innegable. Por ello, hay que conocerla y saber cuáles son los
dogmas sobre los que se sostiene. Sin embargo, ¿existe una sola religión?
Evidentemente, no. Por ello, apuesto porque en las escuelas se enseñe la
Historia de las Religiones y los principios sobre los que se sostienen. Una
visión enriquecedora y plural sobre el fenómeno religioso y sobre sus
manifestaciones a lo largo y ancho del planeta Tierra.
Y otra cosa, desde mi punto de vista, las vivencias
religiosas deben circunscribirse al ámbito privado, esto es, deben estar
separadas la religión y la educación. La enseñanza de las matemáticas, el
inglés o la lengua, conocimientos científicos universales, no deben mezclarse
con los sacramentos ni los Testamentos, Nuevo o Antiguo. No en las aulas.
Esto que estoy exponiendo, viene coleando desde el siglo
XVIII cuando el Humanismo y la Ilustración, centraban en el hombre el
conocimiento, dejando la fe y la religión para el ámbito privado. La separación
del Estado y de la doctrina religiosa debe ser la base de un laicismo que
ofrece al hombre la libertad de elegir sus creencias sin estar coaccionado por
ninguna norma o ley pública.
Pues bien, el hecho de que en las escuelas se estudie la
Religión Católica o Islámica, no viene más que a coartar la libertad del
individuo al no conocer otras posturas y
religiones que le abra la mente hacia valores diferentes pero igualmente
válidos. Si además tenemos que la materia de religión cuenta para nota y que la
que normalmente se oferta en su lugar, “Alternativa a la religión”, es una
asignatura casi sin contenido y sin profesor motivado para darla, tenemos aulas
repletas de niños y niñas aprendiendo el Padrenuestro en la escuela, en
vez de en la iglesia; y dando el milagro de los panes y los peces facilitando
así el trabajo de los catequistas en las parroquias.
En conclusión, enseñanza de la historia de las religiones
sí, enseñanza de un único credo religioso, no. La educación debe ser laica para
ofrecer igualdad de oportunidades y libertad de pensamiento. A un niño no se le
puede obviar la enseñanza de las demás religiones basándose en un punto de
vista católico-céntrico.
Si tenemos en cuenta que nuestra Constitución habla de que España
es un Estado aconfesional, entonces, ¿por qué se entremezclan en el tema
educativo Estado e Iglesia? ¿por qué la
Iglesia Católica participa directamente en la elección de docentes? Y ya, para
rematar, ¿por qué la nueva ley LOMCE le da la misma importancia a la religión
católica que a las demás asignaturas? Sé que no estamos en un Estado laico pero
creo que la cooperación Estado-Iglesia va más allá de lo que sería lógico,
especialmente en el tema que se está tratando.
Y, nuevamente, afirmo que no estoy en contra del catolicismo
ni de la práctica religiosa en el ámbito privado de cada persona. Puedo ser una
persona practicante y religiosa convencida, participando en mi parroquia y en
todas las celebraciones eclesiásticas. Sin embargo, no estoy de acuerdo con mezclar
Religión y Educación.